ingenuos de saber que cuando lo hacemos es con los ojos cerrados.
Y vale la pena abrirlos, porque SIEMPRE, pase lo que pase,
existe ese vendaval de color entre tonos grisáceos
que nos devuelve la esperanza.

Un lugar dónde la poesía cedió su manto a la imagen para perpetuar con su simbiosis grandes recitales del ALMA